30 de marzo de 2006

Pecata minuta (o mis denuestos a los senadores que favorecen la minuta de la Ley Federal de Radio y Televisión)

Pecata minuta
(o mis denuestos a los senadores que favorecen la minuta de la Ley Federal de Radio y Televisión)

A estas horas, como todos los indicios parecen augurar, un grupo de senadores mexicanos tal vez habrá avalado el despojo que, a nombre de la nación y del interés público, se habrá de cometer en perjuicio de la Nación mexicana y a favor de sólo unos cuantos particulares: los actuales oligarcas de los medios electrónicos.

La única protesta que recuerdo por parte de medios de comunicación masiva es una que he leído ocurrió después de que el gobierno de México asesinara en una manifestación a un contingente de estudiantes, el 2 de octubre de 1968. Un grupo de editorialistas gráficos, de diversos diarios mexicanos, en vez de un cartón político pusieron un cuadro negro, como señal de protesta.

Ayer ocurrió un hecho equiparable a aquel. Hubo protestas contra la eventual aprobación de la minuta para reformar la vigente Ley Federal de Radio y Televisión:

- El día de ayer el grupo radiofónico IMER, de carácter permisionado, retiró del aire su programación habitual para poner sólo una canción a lo largo del día, junto con un aviso en el que planteaba el rechazo a la reforma que, de aprobarse, perjudicaría a este medio y a otros que estan bajo un régimen jurídico idéntico.

- Radio Educación, por su parte, durante todo el tiempo ha mantenido un cobertura constante de los hechos, que incluyó además un mesa redonda en la que se discutió los hechos, argumentando fehacientemente por qué la aprobación de la minuta pondrá en serios apuros a los medios que no formen parte de ese bloque poderoso de radiodifusores y canales de televisión con poder económico.

La protesta de ayer por parte de los grupos radiofónicos citados es un hecho insólito, instigado por que su existencia se ha puesto en riesgo.

Las estaciones comerciales de radio y tv han guardado un mutismo casi absoluto, y aún contando excepciones escasas, ha privado el silencio cómplice de voces que en otros asuntos son inquisitivas pero que ahora se han sometido al autoritarismo mediático, que da en casualidad que es ejercido por quienes les pagan sus salarios. ¡Libertad de expresión, pero hasta donde me lo permita el acceso a mi cheque!, parece ser el principio.

Pero quizás todo ya se haya consumado a esta hora, y los Grandes Poderes Electrónicos pueden haber sido entronizados al poder de la videocracia ya, por la aprobación de dicha ley.

Dichas televisoras y grupos radiofónicos son de mala calidad. Ponen un montón de anuncios de cada cosa, como anuncios de curanderos y amenazas de sus dueños a personajes que les son ingratos. No se han sometido a las regulaciones vigentes, y ahora han medido sus fuerzas con la clase política, que ha sido vencida sin más. Después de su demostración de fuerza, seguirán por el camino que les convenga, que es el de amasar más ingresos publicitarios por cualquier medio, pues eso es lo que ha ocurrido hasta el día de hoy y no hay por qué pensar que esa situación cambiará sin motivo. Las regulaciones les serán irrelevantes.

Y todo porque una pandilla de políticos en los órganos de poder lo aprueban, atendiendo a sus intereses inmediatos y particulares. El futuro electrónico ha sido hipotecado. Los políticos le tienen un temor a la tv y la radio privadas, o mantienen con los personeros de esos medios una plácida complicidad (lo que es muy posible).

Los radiodifusores y las televisoras no rinden cuentas a los ciudadanos, pero toman decisiones de carácter legislativo (¡qué cabildeo tan eficaz!) y nadie los eligió para eso.

Para más información, visiten el vínculo que encontré, que es el de Radio Educación y que contiene información pertinente a este tema, incluso, la misma "minuta de las Leyes Federales de Radio y Televisión y Telecomunicaciones en PDF":

Radio Educación, el Oasis del cuadrante (que se desertificará cada día más, por lo visto).

Hasta la próxima.

P.D.:
Un servidor, autor del sitio, es responsable por lo aquí expresado, y no tiene ninguna relación con las entidades aquí mencionadas. Sólo
expreso mi solidaridad y simpatía con las que así corresponda.

Ve Más TeVe, TeVe pública, desde luego.

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