31 de marzo de 2010

Géneros discográficos

En mis tiempos comprábamos discos, no música de tal o cual género.

Género, estilo, categoría.

Cuando era niño, en las tiendas de discos había dos grandes secciones:
discos en inglés y en español.

Si había diferentes categorías, pero eran pocos y abarcaban globalmente
casi todas las producciones de la época: baladas, rancheras, tropical y
modernas. Sí: modernas, así le decíamos a las canciones juveniles del
momento.

En la música en inglés, había rock, música disco y también "modernas",
con la misma implicación que en el párrafo anterior se menciona.

Sin embargo, a principios de los años noventa, y con el advenimiento
de aquella costumbre de inventar membretes para los nuevos grupos con
la pretensión de que se inauguraba un nuevo "movimiento" (estrategia
más mercadológica que nada), y con la apertura de tiendas con anaqueles
organizados al estilo de las grandes cadenas estadounidenses, nos
topamos un día con que, de ahora en adelante, había que adscribirse a
un género cuya música habría que comprar. Oh, cuantos excesos verbales
en torno a la palabra "alternativo".

(Ser "alternativo" significaba antes simplemente no entrar en la
rotación de las estaciones comerciales. No tenía que ver en absoluto
con una temática específica de las letras, una manera de tocar la
guitarra o una vocalización que no hacía sino "fusilarse" la forma en
la que Frank Black canta. Pero ante la fama de apariencia rebelde de
los grupos similares y conexos a Nirvana/Pearl Jam/Soundgarden se
inventaron el tal "género alternativo" de la nada. Los ingleses
hicieron algo parecido casi por la misma época, cuando a todos aquellos
herederos de los mods los hicieron pasar como la gran novedad, el "brit
pop". Puro humo publicitario para presentar como un conjunto unitario a
grups disímbolos en calidad y notoriedad).

A olvidarse de lo de antes, de comprar discos en inglés o en español.
Ahora todo se trataba de seguir ls desarrollos del género elegido, que
al paso de los años se iba dividiendo en sub-géneros distintos por
detalles cada vez más insignificantes.

Más anaqueles en las tiendas, más "nuevos movimientos" que hacían
parecer al éxito del momento como la fase inaugural de una nueva época
de la música.

Un hecho que me ha parecido chocante de todo ese sinsentido taxonómico
de la música es el revisionismo histórico al que se ve sometido todo el
repertorio que se escuchaba en otros años.

Inventan géneros del pasado que no existían entonces: la gente en los
60's no compraba discos, por ejemplo, de folk-rock alternativo de
vanguardia, o de rock-fusion callejero oldskool, o como se le ocurra
llamar a algún ocurrente contemporáneo, digamos, a un disco de Bob
Dylan. La gente compraba el sencillo de las canciones que más le
gustaban, y si el artista era de los favoritos, iban a comprar el LP.
De artistas, no de géneros inventados cada tres meses, al momento en
el que se presenta al público nuevos artistas.

Dado que en mis tiempos no había tales divisiones arbitrarias del
público (reproducidas por los productores de música y los
mercadólogos), no había escozor por escuchar tal o cual estilo: se
escuchaba de todo. Pop o rock, tropical o ranchero. La gente optaba por
lo que más le agradaba, pero conocía de muchos estilos.

En la actualidad hay quienes se involucran en una "escena" y se
encasillan oyendo únicamente material fonográfico de una zona cada vez
más reducida de los anaqueles de la tienda de discos. Sólo de esa
región, las otras están proscritas. Estamos ante el provincialismo
auditivo, la atomización sonora.

Yo no tengo temor a salirme de mi parcelita para escuchar de lo que
está en el otro sector de la disquería...

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