mi situación no es grave. Mi disgusto no es sino insignificante en
comparación con los padecimientos de aquellos vecinos del centro de la
república que han perdido tanto por las lluvias y las subsecuentes
inundaciones.
Esa situación es de veras grave. He de poner en su debida magnitud el
malestar que creo sentir. No es nada en verdad.
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